Ambientada en la recepción de lo que se adivina la nueva incursión del Legendario Hotel X en la obra del coreógrafo, El Diario de Caronte de Raúl Parrao se instaló a mediados de la primavera pasada en el Teatro Legaria para refrendar la vigencia de la “danza bizarra” en la escena mexicana, ese estilo inventado por el propio Parrao a mediados de los ochenta que al día de hoy sigue provocando dolor de cabeza a quienes seguimos intentando clasificarlo.
Ejecutada por Javier Moreno en una clara alusión a trabajos anteriores del también autor de X para Idiotas (Fragmentos de una Historia del Legendario Hotel X) de 1996, The Kitsch (en) and the X (eggs) (Historias de la Cocina del Legendario Hotel X) de 2001 y Don Bizarro Hidalgo el QuiXote de otros mundos (Fragmentos de la Biblioteca del Legendario Hotel X) de 2005, El Diario de Caronte abisma al espectador en el ritual perpetuo de “El Señor Botones”, maletero del Legendario Hotel X, ese no lugar en el que Parrao ha materializado toda una saga que retrata una obsesión del autor, por segmento del hipotético edificio en el que se sucede cada pieza.
Con una producción a cargo de Israel Ramírez, la situación como siempre en lo de Parrao es tensa. Decir que la pieza es buena o mala ni siquiera importa. Ahí esta el placer del autor por lo siniestro; la potente seducción visual y sonora; su evidente fascinación por la minucia del movimiento.